Índice
Segunda
Parte
No
toleran el fracaso y menos aún la frustración
Defensa
aloplástica
La
culpa
¿Por
qué un psicópata no tiene culpa?
El
autocastigo psicopático
Primera Parte
No toleran el fracaso y menos aún
la frustración
Llamamos
fracaso al hecho de intentar una acción, llevarla adelante
y obtener un resultado desfavorable. Hablamos de frustración
cuando nos topamos con un obstáculo tan difícil que
no podemos ni siquiera intentar la acción para conseguir el
objetivo. El fracaso (intentar hacer algo y que salga mal) genera
bronca, rabia y culpa por no haber previsto las consecuencias de la
acción, pero deja siempre una enseñanza "Si yo
lo hubiera hecho de tal y cual manera, hubiera salido bien".
En cambio la frustración (no poder llevar adelante la acción)
genera sensación de impotencia.
Cuando
fracasamos nos ponemos a revisar los pasos que llevaron a ese resultado
desfavorable. De eso uno aprende, se siente culpable de los errores.
Defensa
aloplástica
¿Qué
pasa con el psicópata? El psicópata no hace ese razonamiento.
El psicópata hace lo que se llama la defensa aloplástica.
"Me hicieron fracasar", sitúa la responsabilidad
en los otros. No puede hacer el insigh de decir "Yo fui responsable
por tal y tal motivo". Todos ustedes conocen a psicópatas
que son "inocentes de todo". Cuando no pueden salir adelante
dicen que la responsabilidad es del país, que en Estados Unidos
sería diferente, podrían progresar, etcétera.
Hacen
defensa aloplástica, no se sienten responsables.
La
culpa
Para
sentir culpa uno debe sentirse responsable de la acción, debe
sentir que ha fallado. Cuando se evalua que son los otros, el medio
o las circunstancias que lo han hecho fallar, entonces no hay culpa.
¿Por
qué un psicópata no tiene culpa?
A:
Porque considera al otro como una cosa y no como una persona.
A:
Tiene distinta escala de valores.
M:
¿Por qué tiene distinta escala de valores? ¿De
donde viene? ¿Lo trajeron de Estambul? ¿Cómo
puede ser que tenga otra escala de valores si nació con nosotros,
jugó al fútbol con nosotros, estaba en nuestra escuela
y se conocían nuestros padres?
A:
lo que pasa es que el egocéntrico está más atento
a su propia necesidad y no a la del grupo.
M:
Hay muchos que son así y son los egoístas. Se justifican,
pero ellos saben que han cometido algo vergonzoso. No por eso son
psicópatas. Recuerden que los psicópatas son pocos.
No confundan la psicopatía con los egoístas, con los
neuróticos, con los ambiciosos, que son otras variedades dentro
de la especie. ¿Por qué no tienen culpa los psicópatas?
Los valores morales vienen de afuera y el individuo los introyecta.
El individuo está inmerso en esos valores. ¿Por qué
un individuo cumple una norma?
A:
Para evitar el castigo, por empezar.
M:
Usted está hablando de que se es bueno a la fuerza, usted está
en contra de Sócrates, en contra de Rousseau (El hombre nace
bueno y la sociedad lo hace malo). Se cumple una norma porque se cree
que en el fondo de la norma hay algo bueno para todos, para el grupo.
No hay recompensa suficiente que pueda hacer que uno cumpla una norma,
que la siga lealmente, dignamente, sabiendo que va hacia el mal. Uno
cumple la norma porque cree, en el fondo, que esta norma es para el
bien común.
Uno
cumple una norma porque responde a un bien común, y es lo dado.
Como la sociedad es un resguardo del individuo, entonces se da la
retroalimentación, yo cumplo la normativa y la sociedad me
protege a mí, a mis hijos, etcétera.
Porque
cumplir las normas corresponde a lo que se llama el bien común.
Cuando el individuo comete un acto que es transgresor, siente culpa.
¿Por qué? Porque él transgrede la ley o la norma,
pero pasando a través de la norma, porque la tiene introyectada.
Sabe interiormente que lo que está por hacer es malo y le genera
ese displacer interno llamado culpa. Y no solamente lo sabe, sino
que lo siente. No solamente sabe la letra, sino también tiene
introyectada la melodía, la música de la norma. Uno
atraviesa la norma, la transgrede, pero como resultado obtiene la
culpa. Sabe y siente que está haciendo algo mal.
El
psicópata, como no tiene introyectada la norma, la bordea.
Para él la norma es un obstáculo, es una piedra a saltar.
No la tiene introyectada. Conoce la letra pero no tiene la música,
no tiene la melodía, el sentimiento, no la siente. Rodea la
norma como un obstáculo. Conoce la norma, porque cognitivamente
no es un abandonado de Dios, pero no conoce el sentimiento, no le
da importancia al bien común, tal vez no crea que exista el
bien común.
Por
eso la típica respuesta cuando se le dice "¿Por
qué hiciste esto, si no es bueno, no es normal, no está
bien?". Entonces él contesta "¿quién
dice que no es normal? ¿Qué, dos o tres viejos (como
decía un paciente mío) se juntaron para decir, esto
es malo y esto es bueno?". Uno, que lo tiene introyectado ni
se lo pregunta. La mayoría de nosotros ni se lo plantea. Lo
toma como un acto "casi religioso", un acto de fe, sin razonamiento,
sin hacer análisis. Las cosas son así y punto. Uno no
tiene que hacer esto, no tiene que hacer lo otro, ya se sabe que hay
qué hacer y qué no. No hace falta andar explicitando
y analizando en cada momento, en cada acción, si es buena o
mala.
A:
En realidad, ésta búsqueda del bien común tiene
fundamentalmente mayor peso en lo moral.
M:
La moral es la forma explícita y simplista de hablar de esto,
que es mucho más profundo, una cosa más implícita.
Está introyectada y es algo que se vivencia muy de adentro.
A:
Una persona altruista ¿ puede estar encubriendo un egocentrismo
psicopático secreto?
M:
el altruista es aquel que, manifiestamente, tiende a accionar en pro
de la comunidad o de los otros. Ahora, la motivación que lo
lleva a eso puede ser muy amplia. Tal vez el altruista sea una persona
buena. Está esa posibilidad también. No pensemos que
detrás del altruista hay una sublimación en el sentido
de Nietzsche. "Cuidado con los altruistas y con los caritativos
que se están lavando a sí mismos", decía
Nietzsche, en Genealogía de la moral. Pero existen los altruistas
que son buenos, es decir, también tenemos que creer que existen
los buenos. Es cierto que de acuerdo a nuestra experiencia los buenos
parecen pocos.
De
esa manera, si no tiene internalizado los valores, ahí sí
se entiende dos cosas:
¿Por
qué no existe el sentimiento de culpa, de vergüenza? Vergüenza
es la manifestación social de la culpa o del ridículo.
La culpa es de uno con uno mismo, en cambio la vergüenza es la
manifestación social de la culpa. ¿Por qué no
aprende ni con argumentación, ni con ciertas experiencias?
Porque para él lo que está haciendo está bien.
Es egosintónico con su accionar. Si se entiende esto es fácil
entender lo demás. Para él, lo que está haciendo
es correcto de acuerdo a su valoración de las cosas, es correcto
para su propio código. Entonces, si es correcto y sale mal,
el responsable no es él, sino que son los otros. Es la defensa
aloplástica. Y es así que el psicópata vuelve
a intentarlo otra vez.
Bumke
decía que el psicópata vuelve a realizar los actos como
en "fotografía". Parecen calcados. Uno, que ha tenido
la suerte, como profesional, de trabajar con estos pocos seres, observa
que una y otra vez come ten los mismos "errores" y de la
misma manera, prácticamente, con distintos objetos (llámese
objetos a las personas que están alrededor de ellos). Varían
los objetos, pero el accionar, el patrón de acción es
el mismo. De ahí que los yanquis, que son muchos, más
de 200 millones, y entonces los psicópatas son más,
buscan el patrón de conducta de un asocial. Buscan a sus famosos
asesinos seriales siguiendo su patrón de conducta, sabiendo
que repiten siempre los mismos pasos en su accionar, como decía
Bumke.
Diario
Clarín, 25/10/98
El
autocastigo psicopático
El
psicópata se castiga fuertemente, con mayor dureza y crudeza
con que lo harían las personas si lo juzgaran a él.
¿Cuándo ocurre eso? ¿Cuándo un psicópata
toma medidas más extremas que las que la propia sociedad adoptaría?
El
psicópata se castiga y de forma también psicopática,
cuando se da cuenta que viola sus propios valores, cuando quebró
sus propios valores, sus normas de conducta, entonces se autocastiga,
y a veces con muchísima crueldad, a través de castigos
muy severos. Esto lo van a ver si trabajan con psicópatas,
que hacen muchas barrabasadas con respecto a los demás, pero
se sienten al margen de la culpa. Y de pronto hacen, para ustedes,
una pavada, una tontería y se castigan con saña. Y es
porque esa tontería quebró sus propias normas. Es el
caso de algunos suicidios raros, por ejemplo. O sea, existe un mecanismo
de autocastigo muy fuerte en el psicópata. Pero,se castiga
rara vez, y siguiendo su lógica.
Desde
el psicoanálisis: Otto Kernberg
Otto
Kernberg,(4) enfatiza en que hay que diferenciar lo que es la conducta
antisocial de la estructura de personalidad antisocial y que es muy
importante diferenciar la conducta antisocial de la criminalidad.
La criminalidad es un concepto legal, la conducta antisocial es un
concepto clínico psiquiátrico y critica al DSM III,
porque la definición de la personalidad antisocial lo realiza
en términos de conducta criminal.
Con
respecto a la sinonimia, Kernberg dice que el término tradicional
para el tema que estamos tratando, era de persona psicopática.
Luego fue reacción antisocial y el término contemporáneo
es personalidad antisocial.
Para
este autor, la personalidad antisocial tiene una estructura de personalidad
de tipo narcisística. Kernberg dice que los fundamentos de
esta personalidad son: autorreferencia excesiva, grandiosidad, tendencia
a superioridad exhibicionista, dependencia excesiva de admiración
por parte de otros, superficialidad emocional, crisis de inseguridad
que alternan con la grandiosidad usual. Luego, dentro de las relaciones
de objeto (con los otros), sería intensa envidia consciente
e inconscientemente, mecanismos contra la envidia, especialmente tendencia
de explotación, incapacidad de depender de otros, falta de
empatía con nosotros, falta de compromiso interno en otras
relaciones. Luego habla de las formas leves de patología del
SuperYo, dentro de las estructuras narcisísticas: la incapacidad
de experimentar depresión, la tendencia a tener grandes cambios
de ánimo, una tendencia a estar regido por vergüenza en
vez de culpa, el hecho de hacer actos antisociales. En este sentido,
el temor a que lo pillen determina ser honrado y no un sentimiento
de una moral interna. El sistema adolesce de valor ético adulto,
o sea que, para Kernberg, los valores son infantiles.
La
persona narcisística quiere ser admirada, porque es la más
rica, la que tiene más objetos, porque es la más bonita,
la mejor vestida, un contraste por querer ser estimada por los valores
más adultos.
Y
con respecto a la patología del Super Yo grave, que para Kermbeg
constituye el síndrome del narcisismo maligno, las características
son: conducta antisocial, agresión egosintónica dirigida
contra otros en forma de sadismo o dirigida contra sí mismo
en forma de tendencias automutiladoras o suicidas, sin depresión
y una orientación paranoidea.
En
la estructura antisocial propiamente dicha, tenemos conducta antisocial
desde la infancia (mentir, robar, falsificar cheques, prostituirse,
asalto, robo, asesinato, robo armado), hay una ausencia auténtica
de capacidad de sentimiento de culpa y de remordimiento. Esto es importante,
porque el psicópata puede presumir de remordimientos y una
vez que lo han agarrado (no antes), puede aparentar culpas y pueden
realmente sentirse arrepentidos o demostrar estar arrepentidas, simplemente
para conseguir una atenuación de la pena.
La
otra característica es total incapacidad de una relación
afectuosa con otros. Hay relaciones de tipo parasitarias. El paciente,
por ejemplo, dice el Dr. Kernberg, puede tener una excelente relación
con su tía, resulta que la tía es la que le da dinero
todo el tiempo, es la única persona con quien se cuida de mantener
una buena relación.
Otra
característica es la incapacidad de sufrir duelos auténticos,
con tristeza y melancolía, y en lugar de ello surge rabia e
impotencia por haber sido derrotados o descubiertos.
Estos
pacientes son incapaces de enamorarse o de mantener una relación
de amor como parte de sus relaciones sexuales. Las relaciones sexuales
están desprovistas de todo tipo de ternura.
Diario
Clarín, 25/10/98
Otra
característica que se nota es la ausencia de planear "a
futuro" y muchas veces el individuo actúa, aunque sea
muy inteligente, como si no tuviera ninguna conciencia de las consecuencias
para él mismo de su comportamiento. Hay indiferencia por su
futuro a largo plazo y también suscribe (como todo el resto
de los clásicos) que hay una falta de capacidad de aprendizaje,
no aprende de sus propios errores y hay una repetición eterna
de los mismos patrones conductuales.
Otro
rasgo importante es la incapacidad de identificarse con valores morales.
A veces, el antisocial es un experto en leer las reacciones de los
demás, en adivinar lo que van a necesitar o hacer, pero no
pueden captar la dimensión ética.
Tercera
Parte