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El malestar en la ética

Ética: sistematización del Bien y del Mal, de lo Justo y lo Injusto
 


El Psicoanálisis nos habla de un Inconsciente y de un conflicto psíquico que la sociedad humana y su historia ilustran. Una ética individual primordial (cuyo supremo bien es la satisfacción caprichosa y antojadiza de su dueño) que lucha contra una ética grupal (cuyo supremo bien es el bienestar grupal) que la quiere someter. Y las distintas culturas (cada una sistematiza la ética grupal a su modo) que luchan entre si, para imponer su escala de valores.

Nacemos con una Etica Primordial que entiende que es bueno y justo que todo y todos estén a disposición del sujeto en formación. Poco a poco esta ética se cubre con un "barniz social" que contiene otra ética: la que respeta las necesidades de los otros, según normas consensuadas. Incluye determinadas "licencias", a quienes se puede despreciar. En toda cultura, la criatura humana aprende en sus primeros años de vida, que existen clases sociales, de las que hay que respetar alguna, pero que se puede despreciar (usar) a otra. Nuestra conducta cotidiana (del sujeto adulto) es una transacción dialéctica del eterno conflicto entre las dos "éticas", la primordial y la grupal (que podemos llamar Etica Superyoica).

El nuevo sujeto se encuentra en un mundo hostil donde pretende sobrevivir. Entonces es lógico que trate de "usar" los objetos que encuentra en ese mundo para su único beneficio. Y es necesario que se fortalezca ese egoísmo para que el desarrollo del sujeto sea "sano".
Otro problema será: ¿cual es la ética grupal superyoica que deberá limitar a la ética individual primordial? La ética primordial es natural, genéticamente dada, universal e igual en toda la especie. En cambio la ética grupal es un producto de la inteligencia
humana que ha desarrollado infinitas culturas. Cada cultura contiene determinadas normas éticas a las que considera las más adecuadas. Son distintas transacciones dialécticas entre la ética primordial, que desea someter a su gusto a todo y a todos; y la necesidad de convivir con los otros, que desean lo mismo. Normalmente, la ética primordial, el deseo de usar a los demás a gusto y según el antojo del sujeto, queda reprimida en el Inconsciente.

Stefan Zweig, escritor vienés nacido en 1881, en "La curación por el espíritu" incluye una biografía de Freud donde aquél describe a la vida psíquica como un iceberg "del que sólo una pequeña parte alcanza la superficie iluminada de la conciencia". La ilustración del iceberg coincide dramáticamente con el poder del Inconsciente que seria la parte sumergida, la que marca el rumbo. Es la ética primordial, tan actuada como negada, racionalizada y proyectada en los otros, la que marca el rumbo de las relaciones humanas.

Si entramos a desmenuzar el ovillo de la ética grupal, nos encontramos con un discurso donde predomina la solidaridad y la justicia (que podemos llamar Ética Grupal Superyoica Sublimada) cubriendo una actitud individual y grupal que compite para obtener suficiente Poder y dar rienda suelta a aquella criatura que escondimos en el Inconsciente, la que tanto en un sujeto adulto como en un grupo humano, exige la denominación de Ética Perversa.

Mientras no se obtiene tal poder, solemos mostrar una emocionante capacidad de compartir con los vecinos, respetarlos y ser solidarios. Es el poder que anula al miedo, el que intoxica en forma maníaca al ser humano. El miedo pone freno a sus deseos ilimitados. Pero también el miedo obliga a someterse al poder grupal que puede llegar a ser mucho mas cruel y dañino que el
individual.

El discurso cultural incluye la Justicia Social en sus ideales éticos como virtud fundamental, mientras la actitud cultural señala que es el: ¡Sálvese quién pueda y cómo pueda! el que triunfa por amplio margen.


Manfredo Teicher
Médico - Psicoanalista - Psicólogo Social
fredi@pccp.com.ar


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