*ARGENTINA
2002: APSA DECLARA
A
nadie escapa que la Argentina está viviendo una crisis sin
precedentes,
uno de los momentos más difíciles en la historia de
nuestro país, crisis que
ha colocado en una situación limite la resolución de
los problemas de
nuestro pueblo, y en particular, los de la Salud.
Visualizamos la situación actual, como el estadio final de
un largo
proceso de deterioro de valores, condiciones de vida, pérdida
de sentido de
nacionalidad, individualismo exaltado en detrimento del compromiso
comunitario, corrupción e impunidad como moneda corriente de
circulación cotidiana, entre otros múltiples factores
negativos de retroceso social y desintegración progresiva.
Aunque
es imposible pronosticar la duración, modalidad evolutiva y
posible resolución de la crisis, sabemos que no podemos permanecer
indiferentes a un proceso que ha empeorado hasta lo indecible todos
los parámetros que miden la ocupación, la salud, la
educación, el bienestar personal, familiar y social del pueblo
argentino.
Somos
conscientes de que, a partir de ahora, el país deberá
remontar la caída, desde muchísimos escalones más
abajo, pero con la de que se han perdido sentimientos y valores imprescindibles
para la recuperación, tales como la esperanza, la credibilidad,
el compromiso grupal y social, la cultura del trabajo (¡además
del trabajo mismo!), entre otros tantos.
La
duración histórica de un país, excede la de sus
habitantes individuales; para más de una generación,
la marcha recuperatoria será demasiado lenta y larga, y muy
duro de aceptar la pérdida de condiciones dignas de vida, además
de los modelos idealizados y aspiraciones legítimas de bienestar
y progreso social; Para millones de argentinos, la cuestión
implica nada más y nada menos que el poder asegurarse niveles
mínimos de subsistencia básica.
En
este marco, el deterioro de la salud, la pérdida de seguridad
social en todas sus formas, que a la desprotección progresiva,
(no ya de la prevención y rehabilitación, sino de la
asistencia en caso de enfermedad) suma la angustia por la percepción
de tal desvalimiento, nos convoca a estrechar filas con otros trabajadores
de la Salud en general, para ser más eficaces en la defensa
de las reivindicaciones de toda la población.
En
el área más restringida de la Salud Mental, y de la
Psiquiatría en particular, APSA denuncia enfáticamente
el deterioro de la salud psíquica de todos los argentinos,
que incluye nuestra propia afectación como operadores en ese
campo, pues no permanecemos fuera del deterioro general (en lo específico,
el cierre de instituciones privadas, la pérdida de puestos
de trabajo, los honorarios devaluados y cobrados con ostensible retraso,
si es que se cobran; la degradación asistencial en las instituciones
públicas y privadas, imposibilidad de mantener niveles óptimos
de capacitación, etc., etc)
Estamos
convencidos que sólo el agrupamiento solidario, como personas,
como profesionales, y como Institución, puede llevarnos a formas
eficaces de
resistencia y de recuperación paulatina, reflotando aquellos
ideales y utopías que nunca deberíamos haber perdido
como sociedad.
Convocamos
a todos nuestros asociados, y a otros trabajadores de la Salud Mental,
del campo social en general, y a la comunidad toda, a participar
activamente en los cambios imprescindibles que requiere el país,
solidaridad y participación que deben darse simultáneamente
en varios niveles: como
ciudadanos, como trabajadores de la Salud, como Psiquiatras, y como
Institución, aportando cada uno lo mejor de sí mismo,
privilegiando el
encuentro y las coincidencias por sobre el desencuentro y las disidencias.
Si podemos hacerlo, estaremos impulsando un modelo salutogénico,
para nosotros mismos, y para el resto de nuestra comunidad.
COMISION DIRECTIVA
ASOCIACION DE PSIQUIATRAS ARGENTINOS (APSA)
Buenos Aires, 8 de febrero de 2002.
Info.acercada
por: Dr. Miguel Angel De Boer